
El valle inferior del río Chubut ha sido transformado. Familias bolivianas han hecho de este espacio fértil un polo productivo que dinamizó la economía del noreste de la provincia. Hoy, la producción de verduras, frutas y especies aromáticas de esta zona conforma no sólo buena parte de la dieta local sino que además se extendió comercialmente hacia otros centros urbanos del sur argentino.
Aunque la región está vinculada a la historia de los habitantes tehuelches pasando por la de los inmigrantes galeses que fueron los primeros que hicieron de esta cuenca un valle productivo (luego junto a otras colectividades europeas y asiáticas), ya hace más de tres décadas que es sostenido fundamentalmente por el trabajo de migrantes e hijos de personas provenientes de Bolivia. La historia galesa perdura en las denominaciones de las localidades aledañas, la cartelería vial y las escuelas. Pero hacia dentro de las chacras predominan las personas bolivianas que viven, trabajan, producen y comercializan lo que nace de esta tierra.